El MAN (Museo Arqueológico Nacional) con sede en Madrid, tras ocho años cerrado por remodelación, ha vuelto a abrir renovado y luminoso.
Mi madre, como mujer trabajadora, tenía un horario de 9 a 19h y los sábados media jornada. El único día que podía dedicarnos de verdad era el domingo. Nunca podré agradecerle bastante que, de entre los muchos planes que podía elegir, la mayoría de semanas decidiera que iría con nosotros a visitar exposiciones y museos. Adoro que ahora nosotros podamos hacer lo mismo con R.
Ya que yo recuerdo perfectamente el impacto -visual y vital- que algunos de aquellos recorridos me dejaron quiero brindar a mi hija semejante posibilidad: aquellas mañanas en el IVAM (Instituto Valenciano de Arte Moderno) o aquel día que vi el Museo de Arte abstracto de Cuenca, lienzos yuxtaponiendo pintura, tela de saco rasgada y diversas texturas… por ejemplo.
Sé que esos recuerdos contribuyeron a ser quien soy, pasado y presente se unen…
No buscamos que deje rápidamente de ser niña pero sí que pueda ver más allá de un mundo infantilizado, sesgado y limitado a una determinada escala saturada de colores y formas.
Hay días para un plan de niños donde sean los protagonistas pero también otros en que acompañen, en familia, a un plan totalmente cultural.
Paseábamos por las salas como el resto, rodeados de adultos y ella iba mirando y deteniéndose en lo que le interesaba y llamaba su atención…
Los museos suelen presentar sus colecciones de formas variopintas pero siempre impecables: cuidan iluminación, disposición de las piezas, interpretación de colecciones y etapas pasadas…
No hay que temer ir con ellos a museos -si se cansan o lloran siempre se puede acortar la vista y salir- les estamos brindando una forma especial y muy sugerente de ver y conocer realidades.
Regalando estas experiencias a mi hija le enseñamos una Estética con la que ver el mundo. Formar criterio para analizar y llegar a comprender la realidad, algo imprescindible para la vida adulta.
Comprender que, antes que nosotros, otros escribieron sus vidas y dejaron su huella…
A mi hija, le encantan los museos. Vamos a ver, los que puede correr, tocar, experimentar… Es una parte más de su educación, y si desde pequeña, lo ve como un entretenimiento, más adelante, puede que no lo vea como un aburrimiento.
Pues es así, Marta, tienes razón… yo soy prueba viva de que este tipo de cosas se te quedan grabadas para siempre… En aquella época sólo lo disfrutaba, no era consciente, pero hoy le doy un valor incalculable (que me hará recordar para siempre esos momentos compartidos con mi madre…) Y ella además o aderezaba con llevarnos a ‘tomar el aperitivo’ en una céntrica cafetería que nos hacía sentir ¡tan mayores!… y especiales
Bss
Cuando vaya por Madrid, creo que me daré una vuelta por aquí!!
Hola! Genial, y otro al que yo ya llevo tres visitas (con cada familiar que nos visita cae una…) el Museo Naval. Y el geominero y … jajja no pararía, qué pesada.
Besos!