Comunica(c)ción: Marian Loves Shoes

Las acciones de comunicación originales, que llaman mi atención por su dinámica o por caracterizarse por tener alma, son la razón de ser de esta sección…

Hoy traigo al blog -mi casa- una conversación con esta creadora y le cedo un pedacito de este blog para que conozcáis más su labor y su obra, porque con sus manos de artesana transforma zapatos en arte con mensaje, recuerdos personales, buen gusto, personalidad…

No es una novedad, su trabajo y su tienda on line han sido muy reseñados en muchas web y blogs pero he buscado mi enfoque muy personal y con corazón. Solo tres preguntas, muy estudiadas: tirando del hilo, yo os ofrezco… esto.

Marian Loves Shoes, una filosofía de vida

Vengo de una familia grande, ruidosa, muy exigente y atípica para según qué cosas. Mis padres por un lado nos han dejado bastante libertad, lo que en su idioma se traduce como “búscate tú las habichuelas”, y al mismo tiempo han sido muy estrictos en cuanto al trabajo. Mi padre es un hombre tradicional-visionario de campo y mi madre es un “alma libre” atípica de pueblo. Con lo cual he salido con una mezcla campestre-creativa. Mis hermanos y yo hemos trabajado en el campo desde siempre pero también nos han dejado hacer lo que queríamos, en nuestro tiempo libre claro, que no era mucho. Cuando tienes quince años, esto te repatea, pero después te das cuenta de que lo han hecho muy bien. Nos han transmitido muchos valores importantes.

Supongo que vengo de una mezcla de todo, de mi tierra y de mi gente. Y al mismo tiempo, de mis viajes sola por el mundo, en plan artista del siglo XVIII.

Siempre he sido muy “correcuetas”, pero ahora voy paso a paso (creo) y tengo varias paradas en el camino. Primero quiero afianzar esta aventura de los zapatos. Tenemos que rodar un poco más y dar pasos más grandes y más seguros. Ver cómo vamos avanzando.

Este año es decisivo en casi todo, o por lo menos así lo siento. Marianloveshoes no ha sido sólo una aventura para probar a ver si funciona, desde el principio tenía claro que esto iba a ser un proyecto de futuro.

Tenía que funcionar sí o sí porque yo misma me puse un ultimátum con respecto a la “vida de artista”. Y por eso este año era (es) tan importante.

Siento que ahora es un momento de decisiones vitales: volver al pueblo o no, tener niños, pensar en el futuro… Tener el trabajo que quiero, tener una familia (numerosa, a ser posible), que pueda enseñarles a convivir con el arte, poder pagarle las excursiones del colegio y llevarlos al pueblo (o a Madrid) en un coche con un maletero grande. A lo mejor no parece un “gran horizonte”, pero con llegar ahí estaré más que satisfecha.

Y esto me parece curioso, si me hubieses hecho esta misma pregunta hace cinco años te hubiera dicho: ser artista, vivir en París y vestir de negro “Armani”. Sin dudar además.

No es que ahora no sea ambiciosa, pero he cambiado radicalmente en ese sentido: quiero poder sentarme en el patio de mi casa y ver a mis niños pintar (o guerrear, lo que prefieran). Bueno, lo de Armani sí que lo tengo en el final de la lista,  junto con Louboutin.

Creo que he tenido mucha suerte en la vida. Me crié entre olivos, “becerritos y lechones”. Tuve una infancia feliz, tengo amigos de la infancia que aún están ahí (eso es muy importante). He encontrado siempre personas que me han guiado en mi carrera y me han hecho ser mejor. He logrado hacer lo que quería, con sacrificio, claro, como todo lo bueno. He visto mundo. He trabajado en un restaurante italiano de categoría y comido toda la clase de pasta que te puedas imaginar, todos los días… Incluso Novio llegó sin esperarlo y es lo “más” de la vida…

Y ahora puedo vivir de un trabajo que realmente me define como persona, que es casi una filosofía de vida… Creo que soy una chica con suerte.

*Las fotografías pertenecen al site: marianloveshoes